El nombre de Wayanay se puso en honor a la comunidad que los vio nacer en la ciudad andina de Huancavelica en 1980.
Durante más de 15 años Wayanay ha renovado su espíritu como el agua que no cesa de los manantiales andinos. Con sus canciones inspiradas en la naturaleza, el amor y la esperanza; Wayanay ha limpiado las huellas violentas del suceso de justicia con las propias manos contra un ladrón, similar al drama fuente ovejuna de Lope de Vega. Incluso uno de sus temas, el "Caso Wayanay", recoge la verdad de la historia que fue llevada, además, al cine. Por eso, hace más de quince años desempolvaron los ponchos típicos de Huancavelica, adornados con tiras coloridas en forma de zigzag, los manguitos -protectores de los brazos- y los pantalones de bayeta. Cogieron sus guitarras, quenas, zampoñas, bombos, charangos, y se apropiaron de instrumentos modernos como el bajo y la batería. Y han cantando su libertad en innumerables escenarios del país y el extranjero.
Este talentoso grupo de músicos jóvenes decidieron juntos expresar la música andina peruana con el fin de preservar y de compartir su cultura tradicional. Con esto en mente han restablecido el uso de instrumentos auténticos, con varios ritmos andinos, melodías y temas líricos, como también composiciones originales.
En este tiempo están intentando llevar una vez mas su música y su cultura a las nuevas audiencias como a América del norte y Europa. La inspiración para el nombre WAYANAY, viene de las comunidades campesinas situadas en el departamento de Huancavelica. Este nombre se da en una de las más antiguas comunidades que guardan su manera tradicional de vida, de costumbres y de trabajos en comunidad, así como la continuidad del habla original, la lengua materna quechua.
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