Hasta los 11 años convivió con sus abuelos, más recibe la influencia de su tío Cristóbal Reyes, bailarín profesional, que le metió en la cabeza que tenía que empezar clases de danza a los doce años. Decide entonces meterse de lleno al mundo del arte flamenco y con mucho trabajo, sacrificio y talento innato que tienen tantos gitanos, y por el brillo de éste en concreto, los frutos llegaron pronto.
A los quince años formaba ya parte del Ballet Nacional de España y supo lo que era dar la vuelta al mundo. En 1990 deja la compañía para trabajar sólo. Realiza la coreografía de “Carmen” en la Arena de Verona, forma parte del montaje del clásico “Don Quijote” junto al Ballet de Caracas, es artista invitado en el “Festival Flamenco de Verano de Tokio” y actúa en diversas galas junto a grandes figuras del baile como Maya Plisetskaya, Silvie Guillem o Peter Schauffuss.
En 1992 monta su propia compañía, el “Joaquín Cortés Ballet Flamenco”, dando un segundo gran paso hacia su madurez artística. Su primer espectáculo, “Cibayí”, incluye presentaciones en Japón, Francia, Italia, Venezuela y Estados Unidos. Pero la popularidad internacional llega en 1995 con “Pasión Gitana”, un homenaje a la cultura tradicional flamenca regada de una atrevida modernidad.
Joaquín Cortés tiene un estilo propio mezcla de flamenco, ballet y jazz, una combinación para triunfar.
Muchos dicen que el flamenco nunca había sido tan internacional como hasta ahora. Sin duda, en gran parte es gracias a Cortés.
A los quince años formaba ya parte del Ballet Nacional de España y supo lo que era dar la vuelta al mundo. En 1990 deja la compañía para trabajar sólo. Realiza la coreografía de “Carmen” en la Arena de Verona, forma parte del montaje del clásico “Don Quijote” junto al Ballet de Caracas, es artista invitado en el “Festival Flamenco de Verano de Tokio” y actúa en diversas galas junto a grandes figuras del baile como Maya Plisetskaya, Silvie Guillem o Peter Schauffuss.
En 1992 monta su propia compañía, el “Joaquín Cortés Ballet Flamenco”, dando un segundo gran paso hacia su madurez artística. Su primer espectáculo, “Cibayí”, incluye presentaciones en Japón, Francia, Italia, Venezuela y Estados Unidos. Pero la popularidad internacional llega en 1995 con “Pasión Gitana”, un homenaje a la cultura tradicional flamenca regada de una atrevida modernidad.
Joaquín Cortés tiene un estilo propio mezcla de flamenco, ballet y jazz, una combinación para triunfar.
Muchos dicen que el flamenco nunca había sido tan internacional como hasta ahora. Sin duda, en gran parte es gracias a Cortés.
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